jueves, 8 de enero de 2015

Lenny (1974).

PUESTO ORIGINALMENTE EL 20-11-2009

Lo primero una foto de como era el tipo, fijaos si se adelantó a su tiempo que hasta sabía lo del gesto otaku:













No es extraño encontrar fotos del tipo con un policía cerca, le tenían miaja de manía por su arte para criticar, con más o menos gracia, pero siempre interesante en sus monólogos la sociedad yanki de la época y la que estaba por venir. Más de una vez le bajaban del escenario sin dejarle terminar por ser demasiado obsceno (traducción: definir con alguna palabrota a un político corrupto) alteración del orden (denunciar el racismo) y por soez (comentarios de sexo muy explícitos) y todo lo que supusiera meter ideas de igualdad o libertad en las mentes de las castas y felices familias americanas creyentes de los cincuenta. También en los sesenta, y paradójicamente una de las cosas que se utilizaban para promulgar la modernidad y el buen rollito fue su perdición: las drogas, añadidas a la presión de haberse convertido en alguien relevante.

El hombre tenía una oratoria especial para convencer a la audiencia a base de discursos inspirados, ácidos, muy sarcásticos salpicados de chistes aquí y allá para no aburrir al personal. Y cuando se ponía serio y tocaba un tema espinoso, todo el mundo se quedaba calladito como si estuvieran ante un gurú. Ahí es cuando se la jugaba, y a medida que su mito se acrecentaba (número de arrestos, artículos en prensa) lógicamente se fue creciendo, y por muy inteligente y genio que era llegó a un punto en el que el dios desconcertó a la persona y se puso a incumplir leyes realmente punibles, que por lo otro siempre pudo alegar lo de la libertad de expresión. Nacido en 1925, con mamá actriz y papá zapatero eligió el camino materno para buscarse la vida.

Como él mismo tenía muchos guiones que nadie se atrevería a exponer, y al ver que en los escenarios los cómicos solamente llegaban, soltaban chistes y se iban, se le ocurrió darle un toque al concepto y un poco de caña y nació el monologuista. Un poquito más tarde se sumaron otros que fueron igualmente acosados y perseguidos por la justicia, George Carlin por influencia directa, Don Rickles que se metía con otros artistas, lo de Andy Kaufman fue por excentricidades pero cómo no mencionarlo, se hizo otra gran peli. Y en épocas más recientes y libres Bill Hicks fue uno de los más irreverentes, ya que mala gente en altas esferas nunca han faltado para criticar. Para cosas no polémicas, pequeñas y mundanas, ya saben: Seinfeld.















En la peli se cuenta el ascenso y caída de Lenny Bruce, cómo la pasta que ganaba se le iba en los juicios, y una selección de sus actuaciones más celebradas todo en un precioso blanco y negro. Dustin Hoffman lo bordó en una de las mejores... -¿no hay una palabra para definir lo de meterse en el papel con credibilidad máxima?- también vemos que sin ser un Adonis se casó con una impresionante rubia, para que digan que que el arte no tiene su recompensa. Es una película obligada para los amantes del cine en general, de los biopics de gente interesante, o para recordar la mejor época de Dustin Hoffman. Aficionados del monologuismo actual también pero lo mismo descubren que sus ídolos habituales no son para tanto.

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