viernes, 6 de mayo de 2016

Suelta tu revólver.

PUESTO ORIGINALMENTE EL 18-5-2013

Muchos libros y tebeos nos estás poniendo últimamente señor Kei, dirá el lector habitual. Para el resto de los lectores que no son él (humor inteligente) ya saben, la emoción de tener una cámara de fotos digital nueva, lograr usarla siendo un torpe tecnológico como yo, y estar haciendo limpieza del armario trastero...

Y entre objetos de culto porque son viejos que nunca tiraré, como las rodilleras de batman amarillas o libros del cole que sí libero menos los de inglés, que me están dando también mucho juego here y here apareció ésta maravillosidad:




















Sé que los libros pequeñitos tienen un nombre de palabra única, pero como no me acuerdo y me da pereza ponerme a buscar en google los llamaremos libros de bolsillo. Silver Kane, pelín hiperactivo nos da 96 paginitas en gloriosa letra fuente máquina de escribir una historia muy molona de un tipo carisma mil, Larry el pistolero que clama venganza va a matar a muchos malosos, tono crepuscular y por todo ésto pulp a rabiar. Una historia western mil y una veces vista, cierto. Pero amigos, Larry es un Rubio (Eastwood) con muchas frases épicas y sobre todo, frases añadidas híperguays para rematar el fin de cada capítulo pero en bien, nada de noladas. Tipo:













Con su línea cada una para ella sola, que queda más impactante visualmente. De hecho no sólo para cerrar cada epi y dejarte con avidez de seguir leyendo, están por todas partes en la narración pero todavía mejor en los diálogos, mataría a mi TL por una adaptación a cine. Yendo al argumento propiamente propio, en tan pocas páginas se nos cuenta las historias de varios personajes pasado incluído, así como se detalla las muertes que va dando el prota y varias tramas adyacentes que al final convergen (buenas zapas) que te preguntas cómo lo ha hecho en tan corto texto. Cuantos tendrían que aprender...

Tenemos a Larry, cincuentón con mucho talento para asesinar con y sin revólver, mucho rencor pues años ha le mataron a la esposa sin preguntar ni nada, y se ha pasado toda la vida dando boleto a los causantes de su viudez. Ha gastado sus mejores años en tan amena afición, perfeccionando técnicas y puntería, hasta convertirse en el mejor de los mejores pistoleros del mundo. Algunos le dicen que por qué ha empleado su vida en ello en vez de aprovecharla haciéndose fan de algún deporte mayoritario o viendo realities de cocina, y Larry responderá que su vida acabó cuando a ella la asesinaron. Y empezó otra en el que es un despiadado y malhablado vengador, que ya se entretiene jugando al gameboy soccer en los trenes y que los realities de cocina le ponen bruto.




















En las primeras páginas leemos como Larry se deshace del último de su lista, el malo de la pàntalla final que se ha hecho dueño y señor de un pueblecito muy mono, todo hay que decirlo. Así que además de facturar su asunto va a liberar a la comarca de un dictadorzuelo. O eso creemos. Porque Pat, el villano, tiene esbirros. Y mala pata, no son tan tontos como habitualmente. Vamos que tardan cero coma en apenarse por la muerte del jefe y ya se están repartiendo el cotarro entre ellos, y como deben dar imagen de tipos duros tienen la mala idea de vengar a su vez a Pat. No por afectividad, sino para marcar territorio.

Pobres ilusos.
No saben lo que el destino les aguarda.
Pronto lo sabrán. Y será terrible.

¿Ven como mola? Pero ésto es sólo el inicio, y para que no sea únicamente un intercambio de tiros y vendettas hacemos que Larry conozca a un joven en un saloon, le salve la vida y se convierta en su padawan. A partir de ahí Matón Viejo enseñará a Imberbe Cándido a valerse en un mundo cruel donde te matan por medio dólar de plata, o de no plata si tu rival ha bebido demasiado y has tonteado con su chica. Y además pierdes al póker un dinero que no tienes. Kent hizo ésto último, Larry le salva el culo y le toma de aprendiz aunque no crean, de llevarse bien nada. Es como en los dibus de Spike y Chester que estoy seguro Los Simpson homenajean cuando la guerra de limoneros en Shelbyville, con Nelson y Martin. ¿Verdad que sí? Decidme que sí. Pues eso que ni siquiera le quiere cerca pero no le echa, y cuando le ayuda incluso le salva a él la vida Larry pone excusas como suerte del principiante. Poco a poco veremos que el chico no es tan inocente ni tan tonto, se lo hace para que el veterano no se ofenda. Todos los consejos 'asesinariles' y vitales que le va soltando Larry los toma como clases gratis, las necesite o no. En realidad de eso va el librito, de la progresiva aceptación del prota de que lo suyo en particular y el viejo Oeste en general son cosas en la últimas, que si sale de ésta aventura con vida quedará tan feliz como inútil para la sociedad, se conoce(rá) que en los estates son poco agradecidos con los veteranos de guerra.





















No problema pa, el avispado Silver Kane lo tiene todo pensado. Hay giro final. Tras muchos viajes y tiroteos con los compis de Pat, a los que van eliminando de diversas formas épicas todas ellas, a los tres últimos se los cargan en el rancho de una señora dama, de nombre Lena. Eso es malo. No se puede asesinar ahí porque es lugar privado, y Lena debe decidir el destino de nuestros dos amigos vengadores. Resulta ser la amiga de juventud de la esposa difunta de Larry. Por aquello de los viejos tiempos salvarán el cuello, pero entonces: una serie de investigaciones llevan a Larry a averiguar que ella, la Lena, fue la que planeó  la muerte de la señora Larry. Los putos celos, y eso. Una Olive Snook en toda regla con ideas propias para el final de Pushing Daisies. ¿Qué hará Larry ahora? ¿La matará? Puede que sí, puede que no, pero antes se la trincará y simulará el rapto de su hija, Ellis. Porque nuestro prota es un cabrón y quiere que ella sufra lo que él ha sufrido todo éste tiempo. Pero aún hay más. Que sí que sí...

Larry el pistolero tiene la ocasión de cerrar todas las tramas y directo a la editorial a venderlo a Silver Kane, que escribe muy chulo con frases definitivas y tal. Primero: no mata a Lena, porque con hacerla sufrir ya le vale. Segundo: al enterarse de la historia, Ellis la odiará y se irá de casa para casarse con... Tercero: Kent, el aprendiz que se han enamorao los dos y así se lo quita de encima. Si fuera una jugada de Scrabble sería triple extra ganadora y los otros castigados a recoger las fichas.

Pero hay más.
Una última cosa.
Un último suspiro.

Además de Larry y su difunta y Lena, en el grupo de jóvenes de antaño estaba Goodman. ¿Quién es Goodman? Buena pregunta. Goodman era un fiel compi de Larry, eran dos Jedis to chulos, pero por una deuda de dineros se largó avergonzado. Entre pistoleros el honor pesa mucho, y el orgullo también. Larry aprendió mucho de él, por eso no le tiene rencor.  Goodman murió en algún lugar, pero tuvo un hijo. Que se llama... ¡Sííí! Kent, que de las veces que le ha salvado el culo a Larry paga la deuda de su papi.

Jódete Shyamalan, jódete Lucas, jódete... no se me ocurren otros adictos a vueltas de tuercas. Repito, 96 páginas tamaño bolsillo. Todo éste culebrón y los tiroteos bien descrito todito. Una cosa muy molona.

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